Descripción
Un grupo de jóvenes poetas encontró un terreno: midieron, cavaron, y con palabras levantaron una casa. Cada poema se volvió un cuarto con su propia voz: una canilla que gotea recuerdos, un colchón que guarda el peso del desamor, un teléfono de línea que suena desde alguna navidad.
La Generación del 23 tejió un nido donde el piso es una noche sin medias, las paredes son espejos que gritan y, el techo, una gotera. Fundaron un sitio donde la poesía se construye entre todos, y los nombres son apenas un eco en el patio del libro.
Que nadie cierre la puerta a quienes escriben soñando una poesía que abriga.
El nido vacío lo llevo adentro no es una antología: es un lugar donde la poesía nos hace sentir en casa.
Fabián Severo
