Descripción
Si bien Marina Berri es especialista en diccionarios, este alfabeto está atravesado por la narrativa, por la crónica, el ensayo e incluso por la poesía. Cada letra del cirílico es una cápsula de Rusia: desde la literatura clásica y las películas hasta los envoltorios de golosinas, la publicidad o las series de dibujos animados que la autora comparte con sus hijos. El Alfabeto ruso es un vagabundeo azaroso el abecedario impone su propio azar por la cultura rusa, en especial por aquellas zonas que no están tan a la mano.